jueves, 3 de mayo de 2012


LA NOCHE

Ahora,

Cuando la noche rasgue sus tinieblas,

 entraré en la sombría posada del desvelo

de la mano de tu alma.

¿Dónde tirita mi ángel extraviado?

¿Dónde recibo

 copas de júbilo y la angustia,

a un tiempo destiladas por vértigos que surte

la hechicería de las ansias?

Allí,

al cruzar por andenes de zozobra,

desafiaré la tempestad

hasta ver que regresas en el olor del alba,

condensada la imagen

en perennes retablos de vigilia

                                        Jorge Lomuto


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